Evolución e Historia del Reloj
septiembre 15, 2020

¿Cómo eran los primeros relojes y cuándo se inventaron? Conoce su evolución.

Reloj de sol, el primer reloj en la historia

Las antiguas civilizaciones medían el paso del tiempo a través del transcurso del día y de los ciclos lunares. Por eso, aproximadamente 3000 años antes de Cristo, se inventó el reloj de sol o cuadrante solar, utilizado primero por los egipcios y chinos. Su funcionamiento se basa en la sombra que un gnomon (puntero triangular) arroja sobre una escala marcada en la superficie del reloj para indicar la posición del sol.

La clepsidra o reloj de agua

El segundo reloj de la historia. Es un recipiente que se llenaba de agua, la cual era evacuada por un pequeño orificio y su flujo se medía a través de marcas en su interior que señalaban el paso del tiempo.

El reloj de arena llega para quedarse

No sé sabe bien quién lo inventó, pero entre las primeras constancias de él se encuentra un libro de 1393 que ofrecía instrucciones para preparar la arena del reloj. Aún lo usamos en los juegos de mesa o para medir el tiempo de una ducha.

Reloj mecánico

Alrededor del año mil en los monasterios se inventaron mecanismos que ayudaron a los monjes a medir tiempos de forma precisa para sus rezos. Los primeros relojes mecánicos se activaban mediante pesos colgados de cilindros y palancas. Los relojes mecánicos con manecillas que avanzan lentamente por la acción de engranajes aparecieron alrededor de 1300.

Reloj de péndulo

Fue inventado en 1657 por el matemático holandés Christiaan Huygens y consiste en un mecanismo donde el movimiento oscilante de un péndulo activa los engranajes internos que hacen girar las manecillas del reloj. A partir de éste, surgió un nuevo estándar en la precisión de los relojes.

El reloj eléctrico

En 1840 Alexander Brain construyó el primer reloj fiable cuyo funcionamiento era a través de un electroimán. La electricidad generada con unas enormes placas de cobre y de zinc, hacía funcionar el reloj.

Reloj de pulsera

Patek Philippe es acreditado como el creador del reloj de pulsera en el siglo XIX. Los primeros relojes de pulsera fueron elaborados para las mujeres; luego, alrededor de 1880 surgió la necesidad de los militares y pilotos de usarlos también ya que requerían ver la hora sin tener que sacar su reloj del bolsillo. Comenzaron a producirse en masa a partir de la Primera Guerra Mundial.

Reloj de cuarzo

El primer intento de un reloj de cuarzo lo llevó a cabo el estadounidense Warren Marrisson en 1929 quien empleó cristales de cuarzo y transformó sus oscilaciones en una corriente de frecuencia que puso en movimiento las agujas de un reloj. Pero fue hasta 1969 que en el mundo de la relojería se empezó una producción masiva.

Reloj atómico

Creado en 1949 por físicos del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos, su funcionamiento se basa en el cálculo del tiempo que duran los cambios de energía en los átomos. Es usado por la comunidad científica que necesita medir fenómenos en millonésimas de segundo. Es el más exacto de todos los relojes que existen hasta ahora.

Reloj digital

En 1970 nació el reloj digital. Tenía una pantalla oscura con puntos LED que se encendían e indicaban la hora al oprimir un botón. Comenzó a ser comercializado por la empresa estadounidense Hamilton, pero pronto los chinos tomaron la delantera y empezaron a producir relojes digitales con otras aplicaciones como cronómetro y calculadora.

Reloj inteligente o smartwatch

El primer reloj inteligente como tal surgió en el año 2000, contaba con sistema Linux, memoria RAM y Bluetooth. A partir de ahí han evolucionado incorporando funciones más complejas y hoy son como pequeñas computadoras, capaces de navegar por internet y realizar llamadas, entre otras cosas.

Reloj de sol

4 mil años atrás, en Egipto se inventó el primer reloj y era de sol. No podía medir el tiempo cuando era de noche y no había sol. El reloj de agua o Clepsidra, indicaba la hora durante la noche al vaciarse el agua que contenía; el más antiguo fue encontrado en un templo egipcio y data de hace 3 mil 356 años.

Reloj de Agua

Muy pronto el hombre civilizado tuvo la necesidad de poder medir el tiempo también de noche. En el Antiguo Egipto se hacía generalmente utilizando uno de estos artilugios. El reloj de agua o reloj hidráulico más antiguo de los cuales data del siglo XIV a.C.

A estos fines los antiguos griegos emplearon la clepsidra, reloj en forma de pequeña maceta que se llenaba de agua hasta una marca o señal convenida. Esta especie de vasija tenía el interior marcado a intervalos, que a su vez se correspondían con las distintas horas de la noche.

Se sabía la hora aproximada, sin exactitud total, pero era una guía útil: si el nivel estaba en la muesca correspondiente a las dos de la madrugada todos entendían que quedaba mucha noche, conocimiento que parecía suficiente.

Y es que el concepto e incluso el sentimiento de exactitud del tiempo es un asunto moderno, lo que sólo ha servido para acelerar la vida, desasosegar al hombre y causarle ansiedad.

La clepsidra se utilizaba para calcular y seguir los movimientos de la esfera celeste, astros y planetas, y fueron de utilidad en Grecia en los servicios religiosos, determinación y distribución de las horas en los relevos de los oficiales del templo.

La hora nocturna era una doceava parte de la noche en el tiempo invernal, pero su duración real estaba supeditada al cambio y rotación de las estaciones. La última hora de la noche coincidía siempre con el tercer canto del gallo.

En tiempos del Imperio Romano, el reloj de agua fue una forma corriente de medir el tiempo. Vitruvio, autor de un tratado o diez libros De arquitectura, ingeniero militar en tiempos de Julio César, describe una clepsidra con flotadores automáticos

Reloj de Arena

Se conoce como reloj al dispositivo que posibilita concretar una medición del tiempo, segmentándolo en diferentes unidades. Arena, por su parte, es el nombre que recibe el cúmulo de partículas procedentes de rocas y reunidas en la orilla de un río o de un océano.

Reloj de arena
Un reloj de arena es un instrumento que apela a la arena para permitir la medición temporal. Estos relojes miden lapsos específicos de tiempo que se inician cuando la arena ubicada en la ampolla superior comienza a caer en la ampolla inferior por la fuerza de gravedad y que finalizan cuando la totalidad de la arena ya pasó a esta segunda ampolla.

En el siglo VIII parece ser que fue cuando apareció por primera vez la idea y la realidad del reloj de arena en Europa, pues se cree que fue un monje llamado Liutprando el que lo presentó para hacer uso del mismo en la Catedral de Chartres, en Francia.

No obstante, no sería hasta el siglo XIV cuando se popularizó y ya era habitual emplearlo en muy diversos ámbitos. Buena muestra de eso es que aparece representado en diversas pinturas de aquel momento, como sería el caso de la pintura “Alegoría del Buen Gobierno” (1338) de Ambrogio Lorenzetti.

El funcionamiento del reloj de arena es muy simple. Se trata de un instrumento de vidrio o plástico transparente, con dos ampollas o bulbos de idéntico tamaño que se comunican a través de un pequeño orificio en el centro del dispositivo. En el interior, se coloca una cantidad de arena suficiente para llenar la mitad o poco más de la capacidad de una ampolla. Por la acción de la gravedad, la arena siempre se acumula en la ampolla que está en la parte de abajo: cuando alguien toma el reloj y lo da vuelta, la ampolla inferior se convierte en la superior y la arena empieza a caer a través del orificio, pasando a la ampolla que ahora quedó abajo.

El reloj de arena, de este modo, mide un periodo de tiempo fijo (lo que demora la arena en pasar de una ampolla a la otra). Dicho lapso puede equivaler a un minuto, por ejemplo. Si lo que se desea es medir el tiempo exacto que transcurre entre dos acontecimientos o saber la hora, el reloj de arena carece de utilidad.

Durante mucho tiempo, el reloj de arena se convirtió en una pieza fundamental en numerosas embarcaciones, porque les ayudaba a llevar a cabo con mucha precisión lo que eran mediciones que los marinos tenían que acometer tales como la distancia al oeste o al este así como incluso la longitud. De esta manera, optaron por hacer uso del citado instrumento en lugar de otros que venían empleando hasta ese momento y que eran mucho menos precisos. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a la clepsidra.

Así, por ejemplo, se conoce que durante el viaje que realizó Diego de Magallanes alrededor del mundo, todas las embarcaciones que participaban en la expedición contaban con varios relojes de arena para llevar a cabo el control absoluto del tiempo.

Reloj mecánico

El primer reloj mecánico europeo se documenta en el año 1300 sustituyendo a los relojes de agua (clepsidras). Inicialmente se colocaban en los campanarios de las iglesias y en las fachadas de los edificios públicos, pero no es hasta finales del siglo XIV que se les añaden manecillas y cuadrantes. En el siglo XV se les introduce un muelle en sustitución del peso y apareciendo entonces los relojes de mesa y después los de bolsillo. Hoy en día, decimos que el tiempo es oro, y no nos podríamos imaginar el funcionamiento de nuestra sociedad sin contar el día en horas, minutos y segundos. Fue a partir del siglo XV que se empezó a generalizar el tiempo tal como lo conocemos actualmente.

En los primero relojes mecánicos, el tiempo podía ser escuchado pero no visto. De hecho, la palabra “clock” (reloj), viene del latín clocca (campana). Los ejemplos más elaborados datan del siglo XI en China, cuando un monje describió un artefacto cuyo mecanismo se movía con agua. El reloj astronómico del italiano Giovanni Di Dondi, sorprendente mente preciso, daba la hora y la fecha, y seguía el movimiento del Sol, la Luna y los planetas. Fue construido 100 años después de los primeros relojes mecánicos simples.

Los primeros relojes mecánicos se construyeron para que las iglesias y los monasterios pudiesen celebrar los servicios y las plegarias puntualmente a sus horas. Se creaban con engranajes y podían verse en el siglo XII en las torres de las iglesias. Muchos relojes tocaban las horas en una campana, y estos primeros relojes sólo tenían la manecilla de las horas ya que los relojes mecánicos no eran lo suficientemente precisos como para poder llegar a medir los minutos. Utilizaban pesas, como mecanismos de accionamiento, que se sujetaban a un cabo; al descender la pesa, la cuerda se desenrollaba y hacía girar un cilindro conectando a un engranaje y a las manecillas. El primer reloj público conocido apareció en el palacio del visconde de Milán, en 1335. La gran revolución en el diseño de los relojes vino con la introducción del péndulo a principios del siglo XVII, permitiendo a cualquiera tener un reloj en casa y conocer la hora precisa con sus minutos. Los relojes mecánicos empiezan a dar tiempos de una forma más fiable, no obstante los relojes de sol son una referencia para los relojes mecánicos. Es en esta periodo cuando se produce la época dorada de la gnomónica llegando a mejorar los mecanismos y consiguiéndose la medición de la precisión de segundos.

Basado en los estudios realizados por Galileo, Christian Huygens diseñó y patentó el primer reloj de péndulo en 1656. Este reloj era el más exacto hasta ese momento, con un error de sólo 5 minutos diarios, incrementando enormemente la precisión de la medida del tiempo. Hygens fue considerado el mejor mecánico del siglo XVII, así como un gran astrónomo. Sus trabajos en astronomía requerían un cronometraje preciso del tiempo y esto impulsó a Huygens a abordar este problema.

En 1927, el ingeniero canadiense Warren Morrinson, utilizó por primera vez cristales de cuarzo, que vibran, para regular un reloj. Los relojes de pulsera de cuarzo aparecieron en 1972. Son relojes muy exactos, sólo se atrasan o adelantan 3 segundos al año. El reloj más exacto es el reloj atómico, que empezó a desarrollarse en 1946. Tiene una gran precisión, su margen de error es de un segundo cada 300 años.En los primero relojes mecánicos, el tiempo podía ser escuchado pero no visto. De hecho, la palabra “clock” (reloj), viene del latín clocca (campana). Los ejemplos más elaborados datan del siglo XI en China, cuando un monje describió un artefacto cuyo mecanismo se movía con agua. El reloj astronómico del italiano Giovanni Di Dondi, sorprendentemente preciso, daba la hora y la fecha, y seguía el movimiento del Sol, la Luna y los planetas. Fue construído 100 años después de los primeros relojes mecánicos simples.

Los primeros relojes mecánicos se construyeron para que las iglesias y los monasterios pudiesen celebrar los servicios y las plegarias puntualmente a sus horas. Se creaban con engranajes y podían verse en el siglo XII en las torres de las iglesias. Muchos relojes tocaban las horas en una campana, y estos primeros relojes sólo tenían la manecilla de las horas ya que los relojes mecánicos no eran lo sufientemente precisos como para poder llegar a medir los minutos. Utilizaban pesas, como mecanismos de accionamiento, que se sujetaban a un cabo; al descender la pesa, la cuerda se desenrollaba y hacía girar un cilindro conectando a un engranaje y a las manecillas. El primer reloj público conocido apareció en el palacio del visconde de Milán, en 1335. La gran revolución en el diseño de los relojes vino con la introducción del péndulo a principios del siglo XVII, permitiendo a cualquiera tener un reloj en casa y conocer la hora precisa con sus minutos. Los relojes mecánicos empiezan a dar tiempos de una forma más fiable, no obstante los relojes de sol son una referencia para los relojes mecánicos. Es en esta periodo cuando se produce la época dorada de la gnomónica llegando a mejorar los mecanismos y consiguiéndose la medición de la precisión de segundos.

Basado en los estudios realizados por Galileo, Christian Huygens diseñó y patentó el primer reloj de péndulo en 1656. Este reloj era el más exacto hasta ese momento, con un error de sólo 5 minutos diarios, incrementando enormemente la precisión de la medida del tiempo. Hygens fue considerado el mejor mecánico del siglo XVII, así como un gran astrónomo. Sus trabajos en astronomía requerían un cronometraje preciso del tiempo y esto impulsó a Huygens a abordar este problema.

Reloj de Péndulo

El reloj de péndulo fue inventado en 1656 por el científico holandés Christiaan Huygens, siendo patentado al año siguiente. Huygens encargó la construcción de sus diseños al relojero Salomon Coster, y se inspiró en las investigaciones de los péndulos iniciadas por Galileo Galilei alrededor de 1602. Galileo descubrió la propiedad clave que hace de los péndulos útiles para el cronometraje: el isocronismo, lo que significa que su periodo de oscilación solo depende de su longitud.3​4​ Galileo tuvo la idea del reloj de péndulo en 1637. Su hijo inició su construcción en 1649, pero nunca lo terminó.5​ La introducción del péndulo, el primer oscilador armónico descubierto, incrementó enormemente la precisión de los relojes, que pasó de unos 15 minutos diarios a unos 15 segundos diarios,6​ propiciando con su rápida aceptación que los antiguos relojes del tipo ‘foliot’ se adaptasen para añadir un péndulo a sus primitivos mecanismos.

Reloj de Pulsera

Vamos a dar a conocer la historia del reloj militar y cómo el reloj de pulsera actual se desarrolló como consecuencia de adaptar el reloj de bolsillo a las necesidades de los militares y la guerra.

Los relojes que se pueden usar en la muñeca no son un fenómeno completamente moderno. Hay algunas pruebas de que las joyas de mujeres que se remontan hasta el siglo XVI incluían relojes rudimentarios que se pueden usar de esa manera. Sin embargo, los relojes de pulsera para hombres son una innovación comparativamente moderna y su desarrollo se ha relacionado, en gran medida, con guerras y acciones militares desde finales del siglo XIX.

La evidencia más temprana de relojes de pulsera o muñequeras usadas por hombres ciertamente está vinculada a los militares. Estos eran relojes de bolsillo colocados en tiras de cuero ahuecadas y usados en la muñeca para liberar las manos por disparar un arma u otra actividad. Es posible que se expidieran a miembros de la Armada Imperial Alemana ya en la década de 1880 y hay evidencia fotográfica de fuerzas militares del Imperio Británico con relojes en sus muñecas desde 1885.

También hay constancia de adaptaciones que hacían los militares para poder utilizar relojes de bolsillo como relojes de pulsera como el reloj B149A de un oficial del ejercito suizo de 1890.

El reloj militar y la Guerra Boer (1899-1902)
En el momento en que se libraba la Segunda Guerra Boer en Sudáfrica, entre el ejército británico y los Boers (granjeros de herencia holandesa), el reloj de pulsera era aparentemente más común en el uso militar. Relojes, como el reloj Campaign de Mappin y Webb, se promocionaban con este objetivo. Estos eran mucho más parecidos al estilo de un reloj de bolsillocon una correa para la muñeca, pero una variante tenía una caja de acero más barata, lo que la habría hecho más práctica y más asequible. Estos relojes no solo podían enviarse directamente al frente, sino que también se comercializaban como “un cronometro confiable en las condiciones más duras”. Goldsmith, otro fabricante de relojes, comercializó un reloj de la compañía, que según el anuncio, parece ser un reloj de bolsillo. Sin embargo un testimonio de un capitán dice lo siguiente:

“… Lo usé continuamente en Sudáfrica en mi muñeca durante 3 meses y medio. Mantuvo el mejor tiempo y nunca me falló. Fielmente suyo, Capitán North Staffs. Regt.”

Asumiendo que este es un testimonio genuino, entonces estos relojes ciertamente se llevaban en la muñeca en el frente en Sudáfrica. Los oficiales al mando del ejército británico habían descubierto que importante era el cronometraje fiable y preciso en el frente de batalla porque los Boers podían moverse rápidamente y conocían bien el área local. Realmente solo había sido posible derrotarlos coordinando a las tropas británicas usando un tiempo preciso.

Reloj Digital

Josef Pallweber, un fabricante de relojes suizo, nacido en Salzburgo, Austria, creó y fabricó un modelo de reloj mecánico-digital en 1956. La primera patente para un reloj digital se llevó a cabo en los Estados Unidos por D.E Protzmann y otros el 23 de octubre de 1956, esta patente describe un reloj despertador digital. D.E Protzmann y sus asociados también patentaron otro reloj digital en 1970, que llegó a utilizar una cantidad mínima de piezas móviles.

En 1970, el primer reloj de pulsera digital con pantalla de led fue fabricado en masa, producido por Hamilton Watch Company, este reloj fue hecho en alusión a los dos años anteriores, cuando la misma empresa creó un reloj prototipo digital para la película 2001: Una odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick.